Me llamo Rocío tengo 44 años, vivo en Fuenlabrada, pertenezco a la Parroquia de San José y ¡¡¡este cursillo de  cristiandad me ha hecho renacer!!!

Pero te contaré cómo era mi mochila gris o incluso negra antes de llegar al cursillo.

Soy la mayor de cuatro hermanos donde se me inculcó la Religión  Católica aunque durante bastante tiempo me enfadé  con Dios alejándome de la Iglesia porque le culpaba de tantos momentos difíciles que vivimos en mi familia pero, dato curioso, ni un  sólo día dejé de rezar.

Mi madre es alcohólica crónica una enfermedad muy dura y complicada que causa mucho, mucho sufrimiento y por este motivo, yo he sido la mano derecha de mi padre en muchas ocasiones, él el capitán del barco y yo su grumete.

El 15 de Mayo de 2020 a mi padre le da el primer ictus y varios después por lo que vive con unas secuelas brutales,  a mí el mundo literalmente  se me tambaleó, mi padre siempre ha sido mi resorte, mi ancla y verle tan vulnerable sin poder hacer nada, ha sido lo más horripilante de mi vida.

Desde siempre la relación con mi madre ha sido complicada, no todo fue malo ni mucho menos pero siempre estuvo mi padre defendiéndome.

Durante este tiempo mi madre  me ha prohibido ir a ver mi padre pese a haberlo intentado varias veces, incluso toda esta situación ha provocado que no tenga relación con mis hermanos, así que tomé la decisión de no volver a intentar ir a ver a mi padre pero antes se lo comuniqué a él y me dijo que lo entendía, que él lo único que quería es que yo estuviera tranquila porque yo había sufrido mucho desde pequeña y que pusiera distancia; mantuvimos el contacto por mensaje hasta el 10 de Mayo de este año y la última vez que vi a mi padre fue el 4/08/22 .

Esta situación durante mucho tiempo ha hecho que no me perdonara a mi misma por no estar cuidando a mi padre como él lo ha hecho siempre conmigo, pensaba que no era una buena hija por ello, caí en el abismo el dolor y no me dejaba ver, me ahogaba, me consumía por dentro fue en ese momento de oscuridad cuando Dios me habló y me dijo que Él cuida de mi padre y volví a la Iglesia  me confesé , empecé a ir misa , a hacer  oración, me uní a un grupo de mi parroquia, hasta que me invitó mi cuñada Merche a hacer este cursillo que me ha hecho renacer de nuevo, porque  me he sentido hija querida, una hija deseada y que si yo no me perdono a mí misma, hago sufrir a Dios que es mi Padre y a mi madre la Virgen María.  

¡He vuelto del cursillo contenta, feliz y en paz!

Además formando parte con mis hermanos en Cristo una comunidad bellísima que nos sirve sustento.

Dios está siempre vigilante nos quiere de forma incondicional te habla, solo tienes que acogerle y será la sensación más bella que hayas tenido nunca

Gracias a Dios y a este cursillo tan maravilloso veo la vida ¡¡de colores!!