HORA APOSTOLICA
Presentación al Señor
Lector: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Todos: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Lec. Señor Jesucristo: Aquí tienes a un grupo de cristianos que, en su audacia, y fiados en tu ayuda, quieren ser fermento vivo entre la Comunidad de…
Tod.
Queremos conocer a Jesucristo.
Queremos amar a Jesucristo.
Queremos ayudar a Jesucristo.
Queremos vivir en Jesucristo.
Lec. Queremos ser tuyos, Señor, los tuyos de veras, los que no duden, los que no titubeen, los que no conozcan las medias tintas, ni las posturas ambiguas. Los que lo den todo antes que perder la fidelidad y la docilidad a tu amor.
Por eso, en esta Hora Apostólica, en amigable intimidad, te rogamos que nos libres de miedos y temores que impiden que seamos verdaderos apóstoles.
Tod. Señor:
Eres nuestro Dios y Maestro:
Sólo tú tienes palabras de Vida eterna.
¡Qué conozcamos el don de Dios!
Eres nuestro único Señor.
Señor de todas las cosas.
Señor de todas las gentes.
¡Haznos apóstoles de tu Reino,
miembros vivos y operantes de tu Iglesia!
¡Qué sintamos la alegría de ser apóstoles!
Danos el brío ilusionado de ser testigos tuyos ante los hombres.
Lec. En esta Hora Apostólica permaneceremos al pie de la Cruz, con la Madre y Señora, con San Juan, el apóstol de la invencible fidelidad.
Tod. Señor: nos acercamos a tu Santa Cruz, adorando el misterio de tu Pasión. Contemplamos tu cuerpo destrozado de tormentos y ensangrentado de heridas. Sentimos vergüenza y enormes deseos de ponernos al servicio de la Redención que tú empezaste y que quieres completar a través nuestro.
En firme Vigilia rodeamos tu Cruz, para acompañarte en tu Hora suprema; para orar contigo como víctimas; para compartir tus dolores y anhelos; para consolarte por la Iglesia; para ofrecernos agonizante en la Cruz y consolarte en las presentes angustias de tu Iglesia; para descargar nuestros pecados e ingratitudes; para pagar por los pecados de todos los cristianos y de todos los que no lo son todavía, de los cuales nos sentimos responsables ante ti.
Canto
Tu Reino es Vida, Tu Reino es Verdad.
Tu Reino es Justicia, Tu Reino es Paz.
Tu Reino es Gracia, Tu Reino es Amor.
Venga a nosotros tu Reino, Señor. (bis)
Lec. ¡Queremos que Cristo reine sobre nosotros!
Tod. Amén.
Lec. Alabado sea Jesucristo.
Tod. Amén.
Lec. Venga a nosotros tu Reino.
Tod. Padre nuestro, venga a nosotros tu Reino.
PALABRA DE DIOS
(Lectura de algún fragmento bíblico apropiado al momento)
Plegaria a Jesucristo
Lec. El pecado impide nuestra unión con Cristo, priva al hombre de la Vida divina, le arrebata el mejor de los dones, ofende la Justicia de Dios.
Pidamos al Señor su misericordia sobre nosotros, sobre todos los cristianos de…, sobre los cristianos del mundo entero y sobre todos los hombres de buena voluntad.
Tod. Señor: míranos con ojos de misericordia y perdón. Sentimos el peso de nuestras infidelidades, y las infidelidades de todos nuestros hermanos, los cristianos de nuestra Comunidad, que ante ti representamos.
No mires la ruindad de nuestras vidas, sino el Amor con que nos amaste en la Cruz.
Lec. Por nuestras incomprensibles flaquezas, por el desprecio con que a veces oímos tu Voz.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por la tardanza en aceptar tus exigencias, por la tibieza con que andamos tu camino, por las pegas que ponemos a tu Amor, por la cobardía en asumir los compromisos de nuestro Bautismo.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por la frialdad de nuestra Fe, por el desaliento ante los sacrificios, por la pereza en practicar el bien, por la debilidad en arrancar nuestros defectos.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por la desidia en nuestra Oración, por la falta de docilidad al Magisterio de la Iglesia, por la debilidad de nuestra Fe, que no sabe ver tu rostro en el rostro de los hermanos.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por no haber trabajado por la Paz y la Justicia social, por habernos desentendido de los pobres y los marginados, por no haber vivido el mandamiento del Amor.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por los jóvenes que te buscan y no te encuentran, por las familias que viven al margen de ti, por los hijos que no intentan entenderse con los padres y mayores, por los padres que no procuran dialogar con sus hijos.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por los que se tienen por cristianos y no viven en Gracia, y no son fermento en un mundo que Tú quieres mejor.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
Lec. Por todos nuestros pecados, por los pecados de la cristiandad de…, por los pecados de todos los hombres del mundo entero.
Tod. Perdón, Señor, perdón.
(El lector entona “Perdón, oh Dios mío”, o algún otro canto similar)
Preces a Jesucristo
Lec. Bendice, Señor, a nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.
Tod. Que Dios se digne pacificarla, unirla, custodiarla en todo el orbe de la tierra, vivificándola cada día, extendiéndola hasta los últimos confines de la tierra, para que ella a través de todos nosotros, sus miembros vivos, glorifique a Dios, Padre Omnipotente.
Lec. Bendice al Papa, a nuestro Obispo, a todo el Colegio Episcopal, a los Sacerdotes de nuestra Comunidad, que rigen el pueblo santo de Dios.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice, Señor, a quienes elegiste para que se consagren a ti, incrementa el número de los llamados, aumenta su ilusión y su generosidad, para que sean Luz y Sal de la tierra.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice a nuestro pueblo, haz sentir su responsabilidad a nuestros gobernantes, para que haya Justicia dentro del orden, para que haya más Amor entre los hombres.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice nuestra sed de ser santos, nuestras ansias apostólicas, nuestras familias, nuestros estudios, nuestros trabajos, todas nuestras cosas.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice en tu Iglesia las asociaciones y movimientos de apostolado seglar; bendice los Cursillos de Cristiandad.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice nuestros grupos, despierta la inquietud de los que, por descuidar sus reuniones, perdieron la ilusión apostólica de tu Gracia.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice, Señor, nuestras Ultreyas, dales vida, vigor y eficacia.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice la Escuela de responsables para que quienes la forman sean lo que deben ser.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice las actividades que tiene en manos el Secretariado de Cursillos, inspira y bendice las que debiera tener.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice a nuestros Consiliarios, a todos nuestros responsables nacionales, diocesanos y parroquiales.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Infúndenos una fe auténtica, alegría y simpatía en el trato con los hermanos, ardor y brío apostólico para no cruzarnos nunca de brazos y trabajar siempre más y mejor.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Haz que con tu Gracia sintamos la responsabilidad de la gran misión apostólica que nos has confiado.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Que no necesitemos milagros para creer y obrar, pero que tengamos tanta Fe que merezcamos que nos los hagas.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Danos cristianos que te amen sobre todas las cosas, fieles al lema: “aunque todos te abandonen, yo no”.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por los que llevan los pesos de nuestros ambientes, por el más valiente y sacrificado.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por el más cobarde de nosotros, por el que más necesita de tu Gracia, por el que cree necesitarla menos, por el que de nosotros menos trabaja y menos se sacrifica, por los que se conforman con lo que han hecho.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por los que se empeñan en servir a dos señores, por los que se enfrían en tu servicio, por el que más nos fastidia y santifica.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por el primero que va a burlarse de nosotros cuando le expongamos nuestro ideal apostólico.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Para que sepamos superar con tu Gracia los fracasos, para que sepamos sacar de ellos fruto apostólico, para que no nos envanezcamos con los éxitos.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Para que con inteligente valentía sepamos promover la justicia social en las realidades temporales en que estamos inmersos.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por aquellos que has vinculado a nuestra generosidad, por aquellos que con nuestra ayuda conquistarás, por los que te conocerían si fuéramos más fieles a tu llamada.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por los que menos se interesan por tu Reino, por los cristianos que no te conocen, por los que nos compadecen.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Por los que se han encomendado a nuestras oraciones, por los que principalmente quisiéramos tener presentes ahora.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice Señor a los enfermos, a los pobres, a los presos, a los oprimidos, a cuantos sufren y peligran.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice a los hermanos separados, para que todos los que invocamos tu nombre lleguemos a la unidad en el seno de tu única Iglesia.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Bendice a los que sin conocerte te buscan. Dales, Señor, misioneros, dales Fe.
Tod. Te rogamos, óyenos.
Lec. Medita ahora por un momento la frase que más te haya impresionado. ¿Qué quieres Señor de mí?
Tod. Habla Señor que tu siervo escucha.
(Breve silencio)
Lec. Alabado sea Jesucristo.
Tod. Por siempre sea alabado.
Lec. Antes morir.
Tod. Que separarnos de ti.
Consagración a Jesucristo
Tod.
Te adoramos, Señor, y con honda gratitud te reconocemos que nos has elegido entre muchos para ser los constructores de tu Reino.
Queremos ser tuyos de veras, Señor, y por mediación de la Virgen Santísima nos consagramos a ti.
Queremos tener conciencia plena de cuanto implica vivir en tu Gracia.
Danos fuerza para llevar la Cruz mientras nos dure la vida.
Aunque todos a nuestro alrededor sean cobardes, queremos, Señor, ir contra corriente, detrás de ti que eres el Camino, la Verdad y la Vida.
Jesús nuestro, haznos Apóstoles. Enséñanos a orar.
Danos hambre de ti. Enséñanos a predicarte con nuestro testimonio y con nuestra palabra.
Haz, Señor, que abramos para todos los hombres un ancho camino a tu Gracia. Haz que el mundo vuelva a ti, aunque nos cueste la vida.
Amén.
Canto
Anunciaremos tu Reino, Señor,
tu Reino Señor, tu Reino.
Reino de Paz y Justicia,
Reino de Vida y Verdad,
tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino de Amor y de Gracia,
Reino que habita en nosotros,
tu Reino Señor, tu Reino.
Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.