Peregrinación de Jóvenes al Santuario Santa María de la Cruz

Peregrinación de Jóvenes al Santuario Santa María de la Cruz
"De lo que rebosa el corazón habla la boca"
05 de Abril, 2022
Paula Bugallo Gallego, responsable del Area de Jóvenes de la Comisión Permanente del MCC-Getafe, nos hace la reseña de la peregrinación:
Hace 6 meses un pequeño grupo de jóvenes cursillistas de la Diócesis de Getafe, decidimos ponernos en marcha, preparando una peregrinación desde La Iglesia de Moraleja de Enmedio donde se encuentra, el Prodigio Eucarístico, uno de los tesoros de nuestra diócesis, hasta el Santuario de Santa María de la Cruz en Cubas de la Sagra, otro de nuestros grandes tesoros, pues aquí se apareció La Virgen a una niña llamada Inés el 3 de marzo de 1449; es un lugar santo, que en 1999 el Papa Juan Pablo II le concedió un año jubilar mariano para gozar en este santuario, todos los fieles que peregrinaran a este lugar recibirían todas las indulgencias y beneficios de un jubileo pleno.
Después de todo el trabajo, dedicación y oración puesta en esta peregrinación, como decía el salmo de este pasado domingo ¡DIOS HA ESTADO GRANDE CON NOSTROS Y ESTAMOS ALEGRES!
¿Por qué peregrinamos?
Nuestro amado movimiento surgió de la inquietud y el esfuerzo apostólico de un grupo de jóvenes que tenían sed de Dios en una gran peregrinación a Santiago en 1948. Durante la preparación de esta peregrinación hemos utilizado un libro Etapas de un peregrinar de Sebastián Gayá en el que dice que los peregrinos “Somos viandantes, según la teología viadores, es decir, seres que estamos en vía, en camino: el camino con más o menos posadas de paso, que nos lleva a la eternidad. Por ello los jóvenes del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Getafe junto con otros jóvenes de otras diócesis, cursillistas y no cursillistas, NOS PONEMOS EN MARCHA, porque queremos llegar a la META, y hoy hemos llegado hasta el Santuario de Santa María de la Cruz, una de esas posadas, que son como fuentes de agua en el desierto, que Dios junto, con la Virgen, nos regala para descansar y llenar el corazón en esta vida para llegar a la verdadera meta, DIOS.
Ha sido una jornada maravillosa, en la que durante esos casi 20 km. hemos caminado, cantado, rezado, sufrido, cansado, reído, llorado, en resumen hemos compartido la vida y experimentado ese triple encuentro que siempre decimos en cursillos, el encuentro con uno mismo, con el hermano con el que he compartido mi camino, que es la comunidad, esa Iglesia que nos acoge, y, por el último, el encuentro con el Padre que nos ama y nos recibe siempre al final del camino, de ese gran peregrinar que es nuestra vida.
Hablando de la comunidad y la Iglesia, doy las gracias a mi familia de cursillos por hacer palanca con la oración y por esperarnos al final de ese camino, a las hermanas del Santuario junto con Mario por acogernos y recibirnos con tanto amor y cariño, porque como dice el lema de la peregrinación, nos recibe siempre con ese amor del que rebosa el corazón porque está lleno del AMOR DE DIOS.
Nuestros predecesores decían ¡A Santiago Santos! Y de Santiago ¡Santos y Apóstoles! Hoy nosotros lo cambiamos con cariño.
¡EN MARCHA LOS PEREGRINOS A LA SANTIDAD!
¡A SANTA JUANA SANTOS! Y DE SANTA JUANA ¡SANTOS Y APOSTOLES!
DE COLORES
A continuación, os dejamos los testimonios de algunos de los jóvenes que participaron en la peregrinación:
Para mí la peregrinación fue un reencuentro con la iglesia viva y joven.
Fue un encuentro con Cristo y todos sus hijos «de colores”, enamorados de Dios y confiados a su amor.
Ángel Arcicollar Cantarero «Arcy», 24 años, Getafe
¡¡¡Disfruté muchísimo la peregrinación!!! Comprendí mejor qué es caminar en fraternidad y me sorprendió cómo el amor al Señor y al hermano es lo que arranca todo el servicio que hay detrás… Agradecí mucho conocer a gente nueva, especialmente el rato de caminar con Mónica y todo de lo que nos hablaron. De coloreeeess!!!
Carmen Gómez-Acebo, 19 años, Getafe
La peregrinación para mí ha sido como usar un fuelle en el momento preciso para mantener más prolongada y viva la llama. Me ha servido cerciorándome, un día más, de que me mima y sopla fuerte.
Me emociona encontrármelo y hablar de Él, en las historias de los compañeros durante el camino, ¡en la compensación por el cansancio con alegría y en la recompensa que tuvimos tras la llegada! Me sentí abrazada con el rollo (en cursillos, llamamos «rollos» a las charlas) y las reflexiones grupales. Me sentí acogida y querida. Real, fue un día lleno de colores.
Estibaliz Barato, 32 años, Getafe
Esta peregrinación me ha ayudado a reflexionar y prepararme para la Pascua. Además, he conocido también la historia de Santa María de la Cruz, y todo ello con la comunidad de cursillos de Getafe que ha juntado a jóvenes de otras zonas enriqueciendo la experiencia.
Teresa Togores de Vicente, 28 años, Madrid
El pasado sábado, 2 de abril, un grupo de jóvenes cursillistas nos reunimos en Moraleja de Enmedio para peregrinar hasta Cubas de la Sagra donde nos esperaba nuestra Madre, Santa María de la Cruz.
Comenzamos el día pidiendo al Señor que se hiciese Compañero de camino celebrando la Eucaristía. Entre risas, cantos y amenas conversaciones sobre lo divino y lo humano hicimos el camino y llegamos a nuestro destino. Al llegar un grupo de hermanos cursillistas nos esperaban con los brazos abiertos y la mesa puesta y ¡qué alegría nos dio aquella grata sorpresa! Durante la tarde tuvimos ocasión de volver a alimentar nuestra fe con algo tan nuestro como los testimonios y el compartir en grupos. ¡Qué ganas teníamos de todo ello!
Después, en una visita guiada en la Iglesia del Monasterio de Santa María de la Cruz, nos hablaron de la vida de la santa Juana, como es conocida, alma escogida por Dios y por la Virgen para derramar sobre ella abundantes gracias. Terminamos la jornada de la mejor manera, a los pies del Señor, ADORÁNDOLO, con unas preciosas meditaciones sobre el sentido de la cruz y del sufrimiento para preparar nuestro corazón en este tiempo de cuaresma.
¡Gracias a Dios y a los que lo hicisteis posible!
Por más encuentros que nos ayuden a seguir DE COLORES.
María Puerto Miguel Macías, 34 años, Toledo