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Cursillo 149

Cursillo de Cristiandad 149 de la Diócesis de Getafe

Cursillo 149 de la Diócesis de Getafe

11 de Diciembre 2025

Del 05 al 08 de diciembre de 2025, en la Casa de las Oblatas del Santísimo Redentor de Ciempozuelos, celebramos el cursillo número 149 de la Diócesis de Getafe.

“La fe precede el milagro”. Con esta hermosa frase inició una experiencia marcada por el encuentro -y reencuentro- con Dios y con los hermanos. Resulta oportuno comenzar hablando de la fe, especialmente porque de alguna manera fue puesta a prueba durante los preparativos.  Aunque el cursillo se preveía cómodo, a pocos días de comenzar, se produjeron cinco bajas. La situación generó una evidente preocupación en el equipo, especialmente en el coordinador.  Sin embargo, en medio de la incertidumbre, Dios, en su bondad, invita siempre a pedirle que aumente la fe y a confiar plenamente en Él. Fue así como durante tres días, pudieron vivir la hermosa experiencia en la que el Señor nos ayuda a descubrir el gran amor que nos tiene.

La clausura estuvo presidida por don Jesús Úbeda, vicario episcopal para la Evangelización y la Transmisión de la Fe de la diócesis de Getafe, junto con nuestro Consiliario, don Yago Fernández, nuestra presidente, doña Stella, el director espiritual, don José Manuel y el coordinador del cursillo, don Juan José.

Don Jesús, visiblemente emocionado tras escuchar los testimonios de los participantes, subrayó la palabra que más se repitió en sus intervenciones: Familia. “Debemos ser familia y casa para los que vienen de fuera”.  A continuación, ofreció una breve pero contundente reflexión sobre la Fe, al afirmar que ésta “vive en la medida en que existe el deseo de comunicarla” y que, de no ser así, “si no nos urge transmitirla, algo no va bien”. Para concluir trasladó a los asistentes el afectuoso saludo enviado por nuestro Obispo, don Ginés, a todos los participantes del cursillo.

Tomando la palabra, don José Manuel destacó tres aspectos calve del cursillo. En primer lugar, resaltó la particularidad de que la mayoría de los participantes ya vivían su Fe, aunque la experiencia supuso un auténtico reencuentro con el Señor. En segundo término, remarcó la importancia de invitar a otros a vivir un cursillo de cristiandad y proclamar que Cristo está vivo y es para todos. Finalmente, celebró la maravilla de concluir la jornada en la festividad de la Inmaculada Concepción.

Por su parte, la presidenta, Stella, abrió su intervención dando la bienvenida a los nuevos cursillistas a una comunidad, que según afirmó, no sólo le ha cambiado la vida, sino que la ha salvado. Los animó a compartir con otros el fuego que ahora sienten en el corazón y recordó que el Señor no espera que sepamos mucho, sino que estemos dispuestos a abrirle el corazón para recibirlo.

Para culminar, Juanjo, coordinador del cursillo, recordó con mucha alegría que hace 35 años, en el puente de la inmaculada, participó por primera vez como coordinador de un cursillo de cristiandad resaltó a los participantes el privilegio que representan sus vivencias, pues – dijo- el Señor se ha fijado en ellos y los ha elegido para que salgan y den fruto, sean luz y sal en medio del mundo. Los invitó asimismo a perseverar en la comunidad y a vivir su fe de manera pública.

A continuación, os dejamos con varios testimonios y las fotos de la clausura, y os deseamos un Adviento que nos prepare a renovar nuestra fe en la próxima Navidad.

Que Dios nos bendiga y nos de una vida ¡De Colores!

El pasado fin de semana asistí al cursillo de cristiandad.

Tengo que reconocer que cuando se hizo el anuncio en mi parroquia no tenía mucho interés.

Luego, ya de camino, sentí expectativas, iba creciendo en mi la ilusión y así comencé el cursillo.

A mí alrededor sólo había desconocidos, pero observaba que los que ya se conocían estaban en una sintonía muy familiar, ¡y me sorprendía!

Al día siguiente todo era sorprendente en mí, y sentía que el corazón se me ensanchaba del amor de Dios, quería seguir conociendo más de su palabra y allí junto a María iba guardando las cosas en mi corazón.

Estaba contenta y aprendiendo mucho de lo que debe ser un cristiano comprometido.

Ah, por cierto, aquellas personas que no conocía de nada, ¡cómo se entregaban y cómo te ayudaban a profundizar más en su Palabra!

Ya no eran extraños, eran familia: todo era fraternidad. Ahí se ven las cosas de Dios, como actúa en las personas con la acción del Espíritu Santo.

Pero al segundo día claro Dios lo permite todo para nuestro bien y se apoderó dentro de mí la desgana, la desilusión, y empecé a preguntaré: ?qué hago aquí? Me quería ir de allí…

Lo pasé muy mal con esa lucha interior.

Pero al caer la tarde , hubo confesiones y yo a la luz del Sagrario, sólo pedía a la Virgen que me iluminará para reflexionar mis pecados .

Y allí fue, cuando, a través de unas palabras del sacerdote, escuché que Dios me amaba con locura, que me había llevado a ese lugar porque soy la niña de sus ojos, y aquel muro se destruyó. ¡Salí tan feliz!

El cursillo me ha aportado mucho: ¡Dios me ha renovado!

He ganado una familia fantástica, siempre dispuestos a ayudar.

Mi recomendación es que si tenéis la oportunidad e hacer un Cursillo, no lo dudéis.

Porque Jesús cuenta contigo para ser testigos de su Amor

En este mundo tan vacío, seguro que todos tenemos que hacer algo por pequeño que sea, sabiendo que contamos con la ayuda y la fuerza del Espíritu danto, que con solo pedírselo, te asistirá.

Y además está la Virgen, la Madre de Dios, que siempre va a estar protegiéndonos, porque somos sus hijitos los preferidos su Hijo.

Con un abrazo fraterno en la paz de Jesús y Maria.

Que Dios os bendiga hermanos, dejad a Dios ser Dios y veréis milagros a vuestro lado.

María del Mar, de Móstoles.

Llegué al cursillo buscando superar una crisis de fé.

A través de mis hermanos he descubierto las muchas razones que tengo para dar gracias a Dios, pues se me ha manifestado el amor de Jesús en cada uno de ellos.

Juan Manuel, de Aranjuez.

Hacer el cursillo 149 ha supuesto en mi vida un antes y un después.

Entré al cursillo sin expectativas, simplemente a ver qué pasaba y si era real ese regalazo del que me hablaban en la parroquia.

Llegué con una idea de quién era Dios, construida a partir de lo que escuchaba del párroco de mi barrio, y he salido conociendo de verdad quién es,
porque Cristo estuvo con nosotros en ese cursillo mientras rezábamos,compartíamos la mesa o escuchábamos los rollos.

Nunca he sentido tan cerca al Señor, y todo ello ha sido gracias a muchos síes: gracias al sí que dijo mi párroco cuando me dio a conocer los Cursillos de Cristiandad; gracias al sí que le dije a Juanjo cuando hablamos por teléfono y, en esa conversación, brotaron la ilusión y la semilla de algo que jamás habría esperado; gracias al sí de todo el equipo de cursillistas que hicieron posible la experiencia más maravillosa que he vivido; y, sobre todo, gracias al sí del Señor, que lo hizo todo posible.

Ahora lo veo claro: veo que el Señor camina a mi lado y eso se refleja en mi día a día.

Cuando antes estaba de mal humor porque las cosas no salían como las planeaba, ahora le digo: “Señor, que sea lo que tú quieras, como tú quieras y cuando tú quieras”. Y así, muchas cosas más.

Qué os voy a contar, ¿verdad?

Por último, al incorporarme a la Ultreya, he visto que, efectivamente, esto no es solo una experiencia increíble que termina el último día delcursillo y dura un poquito más, sino que, gracias a los hermanos y a la comunidad, nuestra fe sigue presente, y todo aquello de lo que hemos sido testigos permanece vivo y hace posible llegar cada vez a más personas.

Gracias por decir sí al Señor.

¡De colores!

Alba, de Leganés.

Mi nombre es José Ramón y quiero compartir con vosotros lo que ha supuesto para mí formar parte del equipo de dirigentes del cursillo de cristiandad nº 149 de la Diócesis de Getafe, celebrado entre el 5 y 8 de diciembre de 2025, en la Casa de Espiritualidad Oblatas del Santísimo Redentor de Ciempozuelos.

Cuando me llamó el coordinador del cursillo, nuestro hermano Juanjo, me dije, adelante, aquí vamos Señor, Tú estás al mando, me has elegido y cuentas conmigo Tú como siempre, haciendo regalos: Me das de nuevo la oportunidad de vivir un cursillo, de reactivar mi Fe; pero ahora desde el otro lado.

Estaba seguro, que eso me aportaría nuevas experiencias de vida cristiana y conocer mejor a otros hermanos. No tengo palabras para describir como esos hermanos, con una humildad, voluntad de servicio y alegría increíbles, han sido para mi reflejo del Amor y de la presencia del Señor, aquí entre nosotros.

Pero es que el Cursillo, desde sus comienzos, casi dos meses antes, fue una luz y bastón en mi caminar. En este tiempo murió mi hermano Federico, mi hermano del alma, ese hermano que desde que murieron mis padres, me hacía sentir el valor de la familia y el amor.

Qué equipo el de cursillo (y de toda mi Ultreya y de mis hermanos de la Reunión de grupo), todos a una pidiendo por Él y por una buena muerte. Sentí como nunca “No estás solo, yo te acompaño”. Qué amor, qué energía me proporcionó, para que con más coraje y convicción participará en el.

Deseaba que “mi rollo”, ahora más que nunca, transmitiera ese amor que yo experimentaba, el Amor de Dios, y como este es la única fuerza capaz de transformar a las personas y a este mundo, tan materialista y egoísta.

¡De colores!

José Ramón Rebolloso, de la Ultreya de Leganés y parte del equipo de este cursillo