Cursillo 129
Cursillo 129 de la Diócesis de Getafe
31 de Marzo, 2023
El pasado fin de semana, del 23 al 26 de marzo, hemos celebrado el Cursillo de Cristiandad número 129 de la Diócesis de Getafe en la Casa de Espiritualidad Villa San Pablo, en Madrid, de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia.
Como siempre, el Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres, como podemos ver en los siguientes testimonios de algunos de los nuevos cursillistas:
Yo he andado muchos caminos desde mi juventud hasta ahora, coqueteando con otras “religiones” y “movimientos espirituales”, pero siempre convencida de que hay Un Dios que me ama y que me ha mantenido siempre a salvo hasta de mí misma.
En los últimos tres años he vuelto a la Iglesia, tímidamente, y poco a poco, he ido descubriendo cómo el Señor cada vez me cuidaba más a través de la gente de la parroquia.
Pero esta hija loca ha tenido una fe de sube y baja que está arriba cuando todo va bien y por los suelos cuando sopla el viento en contra.
He llegado al cursillo después de una temporada con muchas dificultades que me tenían sombría y con la cabeza llena de hojarasca.
Estaba muy agobiada y con ganas de parar, y tengo que decir que este receso de 4 días ha sido el mejor spa al que he ido.
El Señor ha escogido el momento en que más necesitaba de su aliento y me ha llovido vida.
La oportunidad de poder reflexionar sobre mí y las maneras en las que mi Señor me ha hablado y cuidado todo este tiempo ¡y yo sin darme cuenta!
He recibido una lluvia de amor y fortaleza para seguir el camino, he conocido a un grupo de hermanos que sé me van a sostener cuando me fallen las piernas, sé que Dios guía mi vida y la de mi familia y que su Plan en mi vida es el mejor plan que puedo tener.
Estoy en sus manos y cuento con mi nueva familia en Cristo para ayudarme a mantener mi fe siempre arriba a pesar de la tormenta.
De colores.
Alejandra Ojeda Sojo
Yo fui a este cursillo para acompañar a mi marido, pero el mismo día que entramos él empezó en un nuevo trabajo, por lo que tuve que acudir sola.
Acudía con falta de fe y además era algo que no me preocupaba.
Mi misión iba a ser de acompañante.
Yo siempre había pensado que el sentimiento del amor y de respeto a los demás era suficiente para una vida plena.
Había huido constantemente del encuentro de Dios.
Y allí su gracia me inundó, su amor de amores con mayúsculas me envolvió. Le había tenido al lado y nunca me había dado cuenta.
Todo lo que me había ido ocurriendo a lo largo de la vida eran mensajes de Él que yo no podía oír ni ver porque estaba ciega y sorda.
El retiro sirve para pararse en la vida y oírse y oírLe, verte y verLe.
Además te das cuenta que no estás sola, que perteneces a un pueblo de Dios, a una Iglesia que te estaba esperando con gozo de volver a encontrarte como hermanos.
No sólo encontré un padre, sino un hermano y eso hizo que me diera cuenta que todos los demás son también mis hermanos.
Ahora confío en que mis actos, mis palabras y mi comportamiento sea ejemplo para que otros hermanos quieran acudir a un Cursillo y puedan encontrar al amor de los amores.
Inmaculada Simón Jiménez.
También nos ha querido dejar su testimonio Beatriz Gómez Gallo, de la Ultreya de Alcorcón, miembro del equipo de este Cursillo 129. Bea fue nuestra campanillera, y además dio uno de los “rollos”.
Me resulta casi imposible resumir con palabras lo que experimenté en el cursillo 129 como equipo.
Fui de campanillera, para contar mi rollo y para lo que hiciera falta.
La sensación que tuve de estar en familia desde el primer momento no ha terminado aún.
Mis compañeros de equipo me daban consejo y apoyaban en todo.
Ver llegar los cursillistas a la casa era retroceder a mi primer día de colegio. Esas caras asustadas de “yo, dónde me he metido”…
Y poco a poco apreciar cómo iban relajándose y sintiéndose amados.
Los sacerdotes fueron una bendición, cada uno con su carácter se adaptaban perfectamente a las diferentes personalidades de los cursillistas.
Poder compartir esos días ha sido una experiencia única, gratificante, un regalo del cielo. Las eucaristías tan acogedoras. El Señor estaba allí con nosotros, era uno más, es que era palpable.
No voy a mentir vine agotada pero tan rebosante del amor de Dios y llena de alegría de poder ver sus frutos en mis nuevos hermanos que hasta mi marido decía verme un brillo especial, quizás sea que venía DE COLORES.
La Clausura del Cursillo estuvo presidida por don Jaime Bertodano, Vicario Diocesano para el Apostolado Seglar, en representación de don Ginés, nuestro obispo.
Disfrutó con los testimonios de los nuevos cursillistas, escuchando lo que Dios había hecho estos días en sus vidas, y les animó a permanecer fieles, a apegarse a la comunidad y a anunciar a Cristo, para que otros puedan experimentar lo mismo que ellos.
Nuestro consiliario, don Yago Fernández de Alarcón, y nuestra presidenta, doña Lourdes Barato, que acompañaron a don Jaime, también tuvieron palabras de aliento y bienvenida para los nuevos cursillistas.