Pudimos disfrutar de unos días de verdadero descanso y encuentro con el Señor, en un entorno privilegiado de San Lorenzo del Escorial, en la casa de espiritualidad de las hermanas Salesianas. 

Nos reunimos unas 18 personas y nuestro querido consiliario don Yago fue el director espiritual los mismos.

Lo más impactante de estos ejercicios fue que, por la gracia de Dios, aún en medio del silencio, distintas personas (algunas de cursillos y otras no) nos unimos en una preciosa convivencia. 

Pudimos comprobarlo al terminar los ejercicios cuando ya podíamos hablar en la comida de la despedida: había una hermandad tan grande entre todos, aún con los que no conocíamos de nada, que sólo se puede decir que Cristo es muy grande.

Agradecemos a don Yago por sus hermosas reflexiones y por la disponibilidad para charlar personalmente con cada uno de nosotros.

Fueron unos días de profundo aprendizaje y reflexión, un pararse al final del verano para preparar el corazón para el comienzo del nuevo curso.

A menudo buscamos detenernos cuando llevamos tiempo estresados o inmersos en el ruido cotidiano pero, creo personalmente, que también es bueno retirarnos cuando van terminando las vacaciones para poder volver a poner toda nuestra atención en lo verdaderamente importante.

Y si bien son necesarios y buenos el descanso y algunos placeres también es cierto que solo el Señor puede darnos luz para dirigir nuestras vidas.

Muchas gracias también a todos los que han organizado y hecho posisble esta preciosa tanda de ejercicios, que pudieron realizarse sin ningún tipo
de incidencias. 

DE COLORES.

Ana Gauna (Ultreya de Pelayos).