J. I. Escuela: Testimono de Lara

Jornadas de Iniciación a las Escuela: El Testimonio de Lara
01 de abril, 2020
Este pasado enero, en el fin de semana del 10 al 12, el MCC-Getafe llevó a cabo las primeras Jornadas de Inicio a la Escuela desde hace mucho tiempo. +Info
En la Casa de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor de Ciempozuelos, se juntaro 15 personas para discernir si el Señor les llamaba a servir en su Iglesia dentro del MCC de una forma más comprometida, incorporándose a la Escuela, el verdadero motor del movimiento.
Hoy os traemos el testimonio de una de esas personas, Lara González, de la Ultreya de Pinto, que nos va a contar su vivencia de ese fin de semana.
No se puede amar lo que no se conoce
Del 10 al 12 de Enero de 2020, tuvimos la oportunidad de vivir una Convivencia de Inicio de Escuela, en la casa de las Oblatas de Ciempozuelos.
Fue la primera vez que se hacía esta convivencia a nivel de nuestra Diócesis de Getafe, ya que, anteriormente, los que querían unirse a la Escuela de Dirigentes, tenían que hacerlo junto con la Diócesis de Madrid, con un grupo bastante numeroso de personas.
Nosotros tuvimos el gran regalo de vivirlo “en familia” ya que éramos 15 personas que nos queríamos incorporar a la Escuela, y 5 personas que conformaban el equipo: Juanjo, Lourdes, Julio, Stella, y nuestro querido consiliario el padre Yago.
Durante el fin de semana tratamos varios temas:

- La misión evangelizadora en la Iglesia.
- El MCC en la Iglesia: llamados a evangelizar con un método propio (pre-cursillo, cursillo, post-cursillo).
- La Escuela de Dirigentes.
- Las Estructuras de Servicio.
- Historia del MCC en el mundo, en España, y en la Diócesis de Getafe.
- Llamados a un movimiento de Iglesia.
- Cristo cuenta contigo.
Hubo también momentos para la convivencia, para compartir, para las risas, para las chuches, para conocernos un poco mejor entre nosotros, para amarnos más entre nosotros, y amar más al MCC. Porque, como se dijo en varias ocasiones, no se puede amar lo que no se conoce.
Y esta frase se puede aplicar para todo, no solo para el movimiento, porque si yo no conozco a mi hermano, no sé qué le preocupa, qué le hace sufrir, o qué pasa en su vida, no puedo amarle como se merece.
Yo personalmente me llevé una grandísima experiencia ese fin de semana: pude descubrir a Juanjo, que, a pesar de estar enfermo, no quiso dejar de asistir a la convivencia. Descubrí el tesoro que es Juanjo, tanto para el MCC, como para cada uno de los que se acerquen a él. Es una mina de conocimientos, y los trasmite con un amor, con una pasión, dignos de ser admirados.
Como no podía ser de otra manera, estuvo muy presente José Pacheco, que nos dejó recientemente. Yo no tuve la ocasión de conocerle tanto, coincidí con él en algún evento, pero creo que no llegué a hablar nunca con él. Y eso me pesa, porque todo el mundo habla de él maravillas, cómo dedicaba tiempo y atención a cada persona que tenía al lado, cómo te hacía sentir único en ese instante…
Al finalizar la convivencia yo tenía dudas, no de pertenecer a la Escuela, sino de cómo darme y poner todo de mí al servicio del movimiento. Me sentía pequeña, había visto lo grande que era el MCC en todo el mundo, y no sabía qué podría aportar yo desde mi pequeñez. Menos mal que ahí estaba Julio, que me conoce bien, y ya había pensado qué tareas podía encomendarme.
Creo que no me equivoco si digo que todos salimos más enamorados del MCC, y con ganas de poner todos nuestros dones al servicio del movimiento.
Lara González. Parroquia de Sto. Domingo de Silos. Pinto.